A veces tiendo a pensar en la vida como un campo de batalla, aunque sea metafórico, muy diferente de los horrores de la guerra. ¿Alguien puede negar que las batallas sin sangre estallan a nuestro alrededor todos los días, y a menudo son contra enemigos del pasado? La causa de estas heridas de cada batalla diaria varían: un divorcio amargo, la pérdida de un ser querido, problemas financieros, desempleo, problemas de salud, y la lista sigue y sigue. Sin embargo, una cosa es cierta; estas bajas emocionales sufridas en el campo de batalla de la vida cotidiana pueden ser tan devastadoras para tu bienestar a largo plazo.
Es fácil sentirse abrumado y aplastado por una situación negativa, y rendirse antes de que te des una gran oportunidad de salir adelante. Es en estos momentos que eres más vulnerable; tu sistema de alerta emocional está en alerta roja y puedes ingresar fácilmente a la zona negativa donde parece que todo el mundo está en tu contra. Ahí es cuando se producen pensamientos temerosos y destructivos, como una salva de cohetes dirigida a nada en particular. Es en estos momentos, especialmente, es que debes estar muy consciente de tus resultados mentales y verbales.
La metralla de esos pensamientos y palabras explosivos causan heridas emocionales que te hacen creer que estás siendo victimizado y engañado. Esta es una situación en la que una "mentalidad de foxhole" puede ser valiosa. Si se trata de ti (y tus pensamientos internos) contra el mundo, ¿no querrías un compañero que no esté dispuesto a rendirse fácilmente?
Mi vida no esta funcionando (¡Boom!)
Nunca viviré mi sueño. (¡Bang!)
Nunca encontraré a alguien que me ame por quien soy. (¡Siguiente!)
No tengo lo que se necesita para manejar esto. (Fue realmente un honor servir junto a mí).
Mi vida es un gran lío. (Lamentamos informarle que su confianza está muerta. No había nada que pudiéramos hacer).
Este constante bombardeo de pensamientos, palabras negativas y temores que explotan con una fuerza tremenda en tu subconsciente hacen que veas una realidad que cree que es verdadera. El resultado: has perdido la batalla. Has bajado tus defensas y tu vida ha sido tomada por tus propios pensamientos y palabras negativas, volviéndote vulnerable a la desesperanza.
La desesperanza es peligrosa porque cuando pierdes toda esperanza, pierdes la fe y tu destino. Si te encuentras atrapado en la desesperanza, cierra las puertas de tu auto y llama a alguien de confianza para que te brinde un empujón lo antes posible. Sin esperanza, no hay espacio para considerar otras opciones, y mucho menos un milagro.
No estoy juzgando a nadie que permita que los momentos oscuros tomen el control de sus emociones (alguna vez todos hemos estado allí también). Ciertamente, hay razones válidas para que se produzcan malos sentimientos durante los momentos difíciles, y se necesita una cantidad increíble de fortaleza para agradecer las cosas buenas cuando se pierde tanto. Sin embargo, si esperas prevalecer en tiempos difíciles, debes comprender que es tu percepción actual de la situación lo que te da esperanza o te hace querer renunciar a una causa que crees perdida. Si siempre estás pensando en lo mal que te está tratando la vida, si siempre estás contando historias sobre cómo no puedes obtener un trato justo, siempre te sentirás miserable.
¿Alguna vez escuchaste el viejo dicho, "La miseria ama la compañía"? Ser miserable no atrae exactamente cosas buenas, ¿verdad? Si deseas cambiar tu vida para mejor, comienza por cambiar conscientemente lo que piensas y lo que dices.